En un nuevo aniversario del cruel asesinato de Carlos Fuentealba, los docentes sentimos un profundo vacío. Pero claramente sabemos que existe un antes y un después, que ya no estamos solos. Carlos no será un docente más: será símbolo de expresión y convicción en la defensa de los derechos de los trabajadores.
Nunca será suficiente señalar que Fuentealba era un docente que nació y creció en el campo, en el seno de una familia muy pobre, cerca de San Martín de los Andes; ni que dio clases hasta el día de su muerte en una escuela de un barrio marginal de la provincia de Neuquén, donde recibió el premio del “rey del colegio” como mejor profesor.
Todo ello, que sin dudas lo describe en su hacer cotidiano, no representa lo que hoy es en verdad Carlos Fuentealba. Sin dudas, su imagen se ha convertido en símbolo. Los libros definen al símbolo como un acuerdo que realiza la gente sobre lo que esa figura va representar.
Y sin miedo a equivocarme, hoy Fuentealba es un símbolo de la representación sindical en pos de sus pares, es un símbolo de la lucha por las reivindicaciones y es un símbolo de la dignificación de los docentes.
Nos acompañará cada vez que pisemos las calles y que necesitamos que nuestra voz sea escuchada. Estará por siempre en nuestras banderas y en nuestro corazón.
Carlos no sólo será recordado cada 4 de abril entre lágrimas como alguien que ya no está sino que, por el contrario, será la imagen de la esperanza y del convencimiento de que nunca debemos bajar los brazos y de que la verdadera construcción sindical está dada por la unión de los trabajadores.
A cuatro años de su asesinato, y la condena firme al oficial Poblete, todavía no podemos dar por cerrado el caso, pues no habrá justicia hasta tanto no sean juzgados y condenados todos los autores intelectuales de su asesinato, fundamentalmente aquellos que tuvieron la responsabilidad política y no dudaron en dar la orden de reprimir.
Por eso más que nunca, exigimos Juicio y Castigo a los responsables políticos del asesinato de Carlos Fuentealba… para que nunca nadie se atreva acallar con violencia la voz de los docentes.
Carlos Fuentealba…Presente!!! |